miércoles, 9 de septiembre de 2009

"SOBRE EL PODER"

“PELIGRO DE CONTAGIO: EVITE A LOS PERDEDORES Y LOS DESDICHADOS”El autor Robert Greene nos habla de las 48 leyes del Poder entre todas a mi me pareció muy interesante una que lleva por titulo: “PELIGRO DE CONTAGIO: EVITE A LOS PERDEDORES Y LOS DESDICHADOS”. El criterio que utiliza el autor para describir ésta interesante ley es que los estados de ánimo son muy contagiosos y tóxicos, tal como las enfermedades infecciosas. Muchas veces sentimos la necesidad de apoyar a personas que se están cayendo, sin embargo no logramos darnos cuenta de que nosotros mismos nos perjudicamos acelerando nuestra propia caída.
El tipo de personalidad tóxica y contagiosa no tiene nada que ver con el sexo. El autor nos dice, que proviene de una inestabilidad interior que se irradia hacia afuera y atrae el desastre.
La razón de todo este contagio es que el ser humano es en extremo susceptible a los humores, a las emociones e incluso a la forma de pensar de aquellas personas con las que comparte su tiempo. Es por ello que es muy importante, dentro del juego del poder cuidar muy bien con que tipo de personas nos asociamos, tanto en los negocios, como en lo interpersonal.
Para este tipo de infecciones existe una sola solución: la cuarentena.
Al igual que las personas toxicas, están también personas que contagian felicidad y actitudes positivas, este tipo de contagio es más valido y fácil de comprender, encontrar personas que provocan esto es un camino para el éxito y para el buen ánimo.
Greene en su libro: “Las 48 leyes del poder” aporta una importantísima regla básica en cuanto este tema:
“AUTORIDAD: Reconozca la buena fortuna, a fin de poder elegirla como compañera; y a los desafortunados, para poder evitarlos. El infortunio suele ser culpa de la necedad, y entre quienes lo padecen no hay enfermedad más contagiosa. Nunca abra su puerta a la menor de las desgracias, porque si lo hace otras muchas la seguirán de inmediato…”




Bibliografía:
GREENE ROBERT; Las 48 leyes del poder; edit. Atlantida; Buenos Aires, 1999; pp. 116-122

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